Mi cuerpo no era suyo para compartir
Durante mucho tiempo pensé que amar era entregarse. Que cuando confiás en alguien, no hacés preguntas. Que el amor era sin condiciones. Por eso bajé la guardia. Por eso le creí. Por eso le mandé fotos. Íntimas. Mías. Reales. Fotos que no eran para cualquiera. Eran para él. O eso pensé.
Nunca pensé que sería capaz de romperme de esa manera. Pero lo hizo.
Y no con otra mujer. No con mensajes románticos o mentiras a escondidas.
Me traicionó con algo peor: con mi confianza, con mi cuerpo, con mi derecho a decidir.
📸 Lo descubrí por accidente
No estaba buscando nada. No sospechaba. Pero la vida tiene una forma rara de mostrarte lo que necesitas ver, incluso cuando no estás lista. Estaba buscando una foto en su galería, una de nosotros, de un viaje. Y ahí, entre imágenes sueltas, encontré una conversación abierta. Un grupo de amigos. Risotadas. Comentarios. Chistes vulgares. Y mis fotos. Las que solo eran para él. Las que mandé con nervios, con amor, con deseo... pensando que estaba segura.
Ahí estaban, en ese grupo de hombres. Hablando de mí como si fuera un trofeo. Como si mi piel fuera suya para exhibir. Como si no importara que yo era su pareja, su compañera, la mujer que dormía a su lado.
🧊 Me congelé. Me rompí. Me odié.
Sentí que el aire se me iba. Como si me hubieran arrancado algo que ya no podía recuperar. No era solo vergüenza. Era humillación. Era invasión. Era rabia. Era tristeza. Era todo, al mismo tiempo.
Quise borrarme. Quise borrar las fotos. Borrar el momento en que confié.
Pero no se puede borrar lo vivido.
Solo se puede decidir qué hacer con lo que te dejaron.
✊ No me quedé callada
Lo enfrenté. Me temblaban las manos. La voz se me quebraba. Pero lo hice. Le dije que lo sabía. Que había visto todo. Y él, como suelen hacer los cobardes, se rió nervioso. Dijo que era “una broma”. Que “todos lo hacen”. Que “no era para tanto”.
Para mí, sí lo era.
Porque yo no soy una broma.
Porque mi cuerpo no es un contenido compartible.
Porque lo que se entrega con amor no se devuelve con traición.
🌱 Y decidí irme
No por orgullo. Por dignidad.
No por miedo. Por amor propio.
No porque fuera fácil. Porque era necesario.
Me fui con el corazón desgarrado, pero con la conciencia limpia.
Y con la promesa de que nadie volverá a cruzar esos límites conmigo.
Que nadie volverá a mostrarme como trofeo, como objeto, como burla.
💬 Para ti, que has vivido algo parecido:
Si alguien usó tus fotos sin permiso. Si confiaste y te fallaron. Si sentiste esa mezcla horrible de vergüenza y rabia: no es tu culpa.
Tú no hiciste nada malo. Ellos sí.
Y no estás sola. Tu voz importa. Tu historia merece ser contada.
Y aunque ahora duela, créeme: se puede sanar. Se puede volver a confiar. Se puede volver a amar. Pero esta vez, empezando por ti.
🥹
ResponderBorrarMe paso también, no a un grupo pero si con una amiga de él y le contaba lo que hacíamos y como lo hacíamos 🥹
ResponderBorrar